La propuesta turística que se ha ofertado tradicionalmente en Canarias, en general, y en Tenerife en particular, se ha limitado a menudo al mero aprovechamiento del paisaje y de las buenas condiciones climatólogicas del entorno. Esto se ha hecho de una manera simple y directa: “si tenemos sol, pongamos hoteles; y ahí donde no haya playas, hagámoslas” parece ser el razonamiento que yace tras la gran mayoría de las iniciativas turísticas que se han llevado a cabo en nuestras islas en las últimas décadas.
No obstante, la explotación abusiva de este modelo, junto a la caída del turismo canario debido a la competencia ejercida por otros destinos turísticos con similares características climáticas, ha llevado recientemente a todos los sectores implicados a plantear la necesidad de variar la oferta turística, optando, en algunos casos, por un tipo de turismo más específico, como el turismo rural, el turismo de congresos, etc.
Son pocos, sin embargo, los empresarios que han optado por buscar alternativas dinamizadoras y atrayentes para los turistas, tanto europeos como del mercado local; pocos los que han invertido su esfuerzo en la organización de actividades diferenciadoras que, sin dejar de aprovechar las ventajas de la buena climatología, aporten a quienes valoran la posibilidad de visitar nuestra isla algo más que sol y playa.
Uno de esos pocos ha sido, sin duda, Leopoldo Mansito Pérez, quien, a lo largo de su trayectoria empresarial, ha dado amplias muestras de su capacidad para generar ideas en la búsqueda de ese otro turismo al que antes nos referíamos. Son muchos los eventos desarrollados por este empresario que así lo atestiguan —tal como se refleja en el currículum adjunto—, el más importante de los cuales quizás sea el festival SON LATINOS, organizado en el sur de Tenerife durante siete años.
Como es sabido, el acto principal del festival SON LATINOS consistía en la celebración de un macroconcierto, que, año tras año, contaba con la participación de artistas internacionales de reconocido prestigio y absoluta actualidad. Pero el SON LATINOS no se limitaba a la celebración de tal concierto: además, el festival se completaba con la asistencia de personalidades de la cultura latina, entrega del Premio Son Latinos, exposiciones, proyecciones, coloquios y mesas redondas. Mediante esta oferta, el festival SON LATINOS conseguía atraer cada año a más de 300.000 personas, procedentes tanto de la península como del resto de las Islas Canarias. Todas las actividades disfrutaban, además, de cobertura nacional en prensa, radio y televisión, con lo que llegaron a dotar a la isla de Tenerife de una considerable relevancia en el mundo de la cultura y del arte latino, que, sin duda alguna, influyó —y sigue influyendo— en el turismo de esta isla.
Por todo ello, creemos que Leopoldo Mansito Pérez es merecedor del premio que se convoca.
El equipo de artistasenred
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